Los Polinizadores creadores de vida
Mucho se habla y poco se sabe en realidad de la tremenda importancia que tienen para la generación de vida en la naturaleza. Cuando hablamos de mariposas, abejas y colibríes por ejemplo, es inevitable pensar en su belleza y la emoción que nos produce si tenemos la suerte de encontrarnos alguno en nuestro jardín (sobre todo en las ciudades). Pero hoy en día se enfrentan a muchos retos que ponen en peligro su labor tan esencial. Por eso, en Huatan queremos que conozcas todos los ángulos de los polinizadores para que juntos crezcamos la conciencia y las acciones que podemos hacer para ayudarles.
Habrá que empezar diciendo que un polinizador es cualquier animal que lleve el polen del órgano masculino de una flor al órgano femenino, fertilizándola. Por mucho los polinizadores más abundantes son insectos, y son también con los que más familiarizados estamos. Sin embargo, en el reino animal hay muchos polinizadores que reciben menos publicidad.
Polinizadores desconocidos
Uno de los polinizador más grandes que se conoce es un mamífero: el lémur rufo blanco y negro (Varecia variegata) es el polinizador natural del árbol del viajero o palma del viajero (Ravenala madagascariensis). En realidad, tienen una relación tan estrecha que parece un caso de coevolución.
Algunos roedores como ratones, ardillas y musarañas también polinizan flores.
Los mamíferos que más plantas polinizan son los murciélagos. Polinizan más de 500 especies, entre las que se encuentran algunos tipos de mango, plátano y el agave tequilero.
Aunque son poco comunes, sí hay reptiles polinizadores. Hay al menos 37 especies de lagartijas (geckos incluidos en esta categoría) y es aparentemente un fenómeno común en islas: 35 de estas 37 especies son insulares. Los geckos diurnos Phelsuma son uno de los ejemplos más estudiados, y quizá son también los que tienen una relación más marcada con las plantas que polinizan.
Algunos insectos que también pueden actuar como polinizadores son escarabajos, moscas, polillas, hormigas e incluso mosquitos.
La abeja, reina y señora.
La abeja es uno de los polinizadores más importantes para las plantas con flor (angiospermas) y se distribuye en todos los continentes excepto la Antártida.
Se estima que cerca del 30% de la producción de nuestros cultivos depende de polinizadores, entre los que destaca la abeja.
Los inicios de la apicultura pueden ser rastreados hasta 15,000 años a.C.
La abeja melipona, orgullo nacional.
Aunque todos estamos familiarizados con la abeja doméstica (Apis mellifera), en realidad es una especie introducida de Europa. Las abejas nativas de México son los meliponinos o abejas meliponas.
Las abejas meliponas se caracterizan por no tener aguijón y por ser de las únicas abejas (junto con las abejas melíferas) que tienen un comportamiento altamente social.
El cultivo de estas abejas tiene una rica historia en México, donde los mayas generaron sistemas de meliponiapicultura que superaban en sofisticación a sus equivalentes europeos. Mesoamérica fue la única región del mundo donde se desarrolló el cultivo sistemático de las abejas sin aguijón.
Aparte de ser una importante fuente de miel, cera y propóleos en el sur de México, las abejas meliponas son esenciales para la salud de los ecosistemas tropicales.
La existencia de las abejas meliponas se ve amenazada por el uso indiscriminado de pesticidas.
La mariposa, una flor que vuela.
Las mariposas y las plantas han co-evolucionado a través del tiempo; las flores que suelen ser polinizadas por las mariposas son de colores brillantes, se abren de día y tienen estructuras que funcionan como plataformas de aterrizaje.
Las mariposas dependen de las plantas para poner sus huevecillos, de donde sale la oruga, ésta se alimenta de la planta y se vale de ella para convertirse en pupa y más tarde en mariposa, comenzando el ciclo de nuevo.
La relación simbiótica entre una mariposa y su “planta huésped” puede ser tan estrecha que, si una se extingue, la otra puede desaparecer poco tiempo después.
México recibe durante el invierno a la mariposa monarca, una mariposa con un papel vital en la polinización de una variedad de plantas no sólo por los largos trayectos que hace, sino por la cantidad de éstas que existe.
También las polillas tienen un papel importante en la polinización. Las polillas son lepidópteros, es decir mariposas que poseen escamas en sus alas. En este caso, las flores que suelen ser polinizadas por polillas son de colores claros y se abren durante la noche.
La esfinge colibrí (Macroglossum stellatarum) es una curiosa polilla de hábitos diurnos que, como su nombre lo indica, presenta un asombroso parecido con el colibrí. Este parecido no se detiene en lo físico pues su mecánica de vuelo es muy similar y, al igual que al colibrí, le confiere notable rapidez y control al volar.
Las características de la esfinge colibrí le confieren la capacidad de polinizar una gran variedad de flores en un intervalo corto de tiempo, convirtiéndola en un elemento clave de los ecosistemas que habita.
Los colibríes, mensajeros divinos.
Para los mayas, los colibríes son los mensajeros que llevan de un lugar a otro los deseos y pensamientos de los hombres y los dioses. Su increíble velocidad, su casi inmaterialidad, por su delicadeza y potencia, los colibríes nos generan una enorme fascinación desde tiempos inmemoriales.
Los colibríes son los principales vertebrados polinizadores de América. La velocidad con la que vuelan les permite alimentarse con mucha frecuencia, pueden beber hasta dos veces su peso en néctar al día para satisfacer su rápido metabolismo.
El colibrí rufo (Selasphorus rufus) migra cada año de México a Alaska, lo que no sólo lo convierte en el pájaro con la mayor ruta de migración relativo a su tamaño, sino que también es un importantísimo polinizador.
Este colibrí bate sus alas entre 52 y 62 veces por segundo, y puede alcanzar una velocidad de más de 30 kilómetros por hora. Estos números son estándar para la mayoría de los colibríes, aunque hay especies que pueden alcanzar hasta los 27 metros por segundo.
Varias especies de colibríes son “generalistas” por lo que se alimentan del néctar de una gran variedad de flores, pero también hay colibríes “especialistas”, cuya anatomía les ayuda a alimentarse de flores específicas.
La relación especialista también funciona a la inversa, hay flores con estructuras que atraen a una especie de colibrí en particular.
Se calcula que cerca de 8,000 especies de plantas en el continente americano dependen de la polinización de colibríes para su reproducción.
El equivalente africano del colibrí son los suimangas y arañeros, coloridos pájaros de talla pequeña con vuelo preciso y controlado. Éstos también cuentan con varios integrantes especialistas.
Existen otros pájaros generalistas que pueden tener un papel igual de importante en la polinización de éstas. Algunos ejemplos son las calandrias, los tejedores y los bulbules.
Bebedores mortales.
Desde hace años se comenzó a documentar casos de colapso en el número y en la diversidad de polinizadores, siendo el de las abejas el caso más conocido. Pero hay un caso preocupante con los colibríes.
Los bebederos artificiales para colibríes son un peligro debido a la desinformación. Al ser una fuente alterna de alimento, mucho más abundante y accesible de carbohidratos, éstos dejan de visitar a las flores locales y, por lo tanto, no las polinizan.
Es necesario evitar caer en este tipo de prácticas, ya que los polinizadores dependen de las plantas que visitan, tanto como las plantas dependen de sus polinizadores.
Los polinizadores son los transportadores de vida, su presencia en el planeta es tan vital, que podemos decir que todo el mundo nos alimentamos gracias a ellos.